Miedo

 

Mi pequeñita, que crece tan rápido, va a comenzar el cole.

Éste es mi sentir de madre, mi pensamiento, mezclado con el recuerdo de cuando mi peque grande empezó por primera vez el colegio.

 


Miedo

Suspiro. Y, mientras, tú creces.

Parece que el aire nunca corre y, sin embargo, suspiro y creces.

Y mi vida se ha llenado de tus horas y mis ojos de tu presente. Y, entonces, pestañeo y creces.

Porque parece que el cansancio nunca acaba y que mis brazos siempre añadirán tu peso a mis quehaceres. Sin embargo, me giro y creces.

Y suspiro. Suspiro porque ya no puedo parar el tiempo, ni los recuerdos, ni lo rápido que creces.

Porque temo olvidarlo.

No saber disfrutar de todo lo que tu piel ofrece.

Darme cuenta un día de que cada suspiro era uno menos contigo, que has crecido y que ya no habrá más veces.

Porque corre la vida. Porque creces y ahora otras manos cuidarán de tu sonrisa.

Suplico que sean dulces y cariñosas, que huelan a fresas y a caricias, que paren los llantos y hagan magia en las heridas. Que sepan soplar miedos.

Otras manos. Otras manos que no son las mías.

Porque sé que tienes miedo. Miedo a que te pase algo, a llamarme sin respuesta. Miedo a no volver a verme, a sentirme, a refugiarte en mi regazo.

Temes la soledad, que nunca antes te había visitado.

Pero yo volveré. Y mis brazos seguirán cálidos, como si nunca se hubieran marchado. Y tendrás el poder de revivir con tus palabras ese momento en el que me hayas necesitado.

Y entonces, yo te besaré las lágrimas, una a una, contra mi corazón, para que no veas mis ojos cerrados, apretados, de furia, de dolor, por no haber estado.


Si tu hijo también va a comenzar el cole y quieres saber cómo acompañarlo de forma respetuosa en su adaptación, te interesa leer AQUÍ

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