La cara oculta de la crianza

Hace poco he recibido un libro sobre el que quiero hablaros: La cara oculta de la crianza, de Cristian Arenós Rebolledo.

Es un libro para leer a sorbitos, poco a poco, aceptando que hay otra realidad de ti mismo en la crianza: la versión agotadora que te arrebata todo lo que fuiste.

Me gusta la perspectiva respetuosa y consciente que ofrece, haciendo hincapié en los momentos duros que todos vivimos y que demuestra que somos nosotros los que tenemos que aceptar esas dificultades y abordarlas desde el respeto y el amor.

Cada uno de los momentos que Cristian describe en su libro están cubiertos de ironía, tienen toques de humor y algo de ternura.

De entre todos, he elegido dos que os pueden transmitir el espíritu del libro.

El primero se refiere a cuidar a tu hijo enfermo cuando tú también lo estás:

Y tú, que estás para quedarte en coma y en cama, que sólo deberías aspirar a que te traigan calditos y mimos, ni siquiera puedes soñar con la utópica bendición de que te dejen abandonado y tirado como un rastrojo, algo que ya sería alcanzar el mismísimo paraíso”.

Estoy segurísima de que entedéis perfectamente a qué se refiere.

El otro es un momento reivindicativo que me encanta:

La incompleta pero gran victoria social de la liberación de la mujer en el mundo occidental ha destruido un sistema injusto y esclavista, pero de momento, no ha encontrado como sustituto para la crianza más que una inhumana red de centros e instituciones profundamente desalmadas. Queda mucho trabajo por delante si queremos rehumanizar la sociedad. Tejer nuevas redes sociales, no frente a la pantalla, tejerlas en la calle, en el vecindario, en un nuevo concepto de familia. Todo ese trabajo está pendiente.

Con todo ello quiero decir que si todo lo expuesto a ti también te parece una barbaridad emocionalmente insostenible, vas a estar un millón de veces más solo frente a los duros avatares de la crianza que cualquiera de nuestras abuelas.”

Yo también lo creo: se necesita criar en tribu.

El libro lo podéis encontrar aquí: La máquina que hace ping (si no te gusta comprar por Internet, lo tienes también en las librerías)


Cristian, gracias por la dedicatoria. Me ilusiona y también me reconforta. Seguiré intentando, como tú, recorrer el camino de la crianza con todos los sentidos.


¿Y a ti? ¿Qué te parece? Nos encantará escucharte

2 comentarios

  1. Hola!! Soy muy novel en la crianza, pero estoy totalmente de acuerdo con las dos secciones que has presentado.
    Dentro de un mes y medio me tendré que reincorporar al trabajo. Me gusta mi profesión pero no por eso siento la llamada laboral como un espacio personal e independiente al niño en estos momentos de mi vida. Ojalá pudiera disfrutar más tiempo a full con él y no tener por qué hacer un engranaje organizativo para que esté en buenas manos en mi ausencia y por ende en la ausencia también de su papá.
    Me encuentro en plena preparación mental para cuando un día del mes de octubre me toque ver más horas del día la cara de mis compañeros y no la de mi hijo…

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